El ranking de la calidad de la economía de Colombia ha demostrado en los últimos años, un comportamiento dinámico y lleno de desafíos. El país ha experimentado transformaciones significativas en su estructura económica, impulsadas por factores tanto internos como externos. Sin embargo, una mirada más profunda y detallada a través del *Legatum Prosperity Index*, como se menciona en el documento proporcionado, revela un panorama mixto en cuanto a la calidad económica del país, lo que invita a una reflexión más crítica sobre su desarrollo a largo plazo.
Clasificación de Colombia en el Índice de Calidad Económica
El *Legatum Prosperity Index* mide la calidad económica de 167 países, y en este ranking Colombia ocupa el puesto 85 en el año 2023. Esta posición ha variado poco a lo largo de los últimos cinco años: en 2019, el país ocupaba el puesto 78; en 2020 y 2021, se mantuvo en el puesto 77; y en 2022, cayó al puesto 86. A pesar de estos altibajos, Colombia se ha mantenido en el tercio inferior de este índice, lo que refleja desafíos persistentes en su capacidad para generar riqueza sostenible y emplear efectivamente a su población.
La metodología detrás del índice examina una serie de pilares que son fundamentales para medir la calidad de una economía. Estos pilares incluyen, entre otros, la estabilidad macroeconómica, el acceso a mercados y la infraestructura, la calidad de las instituciones económicas, y el capital humano. Estos elementos en conjunto proporcionan una imagen clara de cómo está funcionando una economía en términos de generar bienestar para sus ciudadanos.
Contexto económico reciente
Uno de los elementos más notables del desempeño económico de Colombia es su dependencia de sectores como el petróleo, el carbón, y otros productos básicos. Si bien estos sectores han generado ingresos significativos, también han expuesto al país a la volatilidad de los mercados internacionales. Cuando los precios del petróleo caen, por ejemplo, la economía colombiana sufre un golpe, lo que afecta directamente los ingresos fiscales y, por ende, la inversión pública en infraestructura y servicios sociales.
Además, a pesar de que Colombia ha mantenido un crecimiento económico relativamente estable en los últimos años, este crecimiento no ha sido inclusivo. Aún existe una brecha significativa en términos de desigualdad de ingresos, lo que se refleja en la incapacidad del país para mejorar de manera significativa su posición en el índice de prosperidad. La informalidad laboral sigue siendo un reto importante, con una gran parte de la población trabajando en empleos que no garantizan seguridad social ni protecciones laborales adecuadas.
Factores que afectan la calidad económica
Uno de los problemas estructurales que enfrenta Colombia es la falta de diversificación en su economía. El país depende en gran medida de la exportación de materias primas, lo que lo hace vulnerable a las fluctuaciones en los precios internacionales. Este fenómeno se ha evidenciado en varias ocasiones, como durante la caída de los precios del petróleo en 2014-2016, que afectó profundamente el crecimiento económico.
Otro factor a tener en cuenta es el bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo (I+D). Si bien Colombia ha avanzado en la modernización de su infraestructura y en la promoción de sectores como el turismo y la tecnología, la falta de una inversión sustancial en I+D ha limitado la capacidad del país para desarrollar sectores de alto valor agregado que puedan competir en la economía global.
La calidad de las instituciones económicas también es un área en la que Colombia enfrenta desafíos. Aunque el país ha realizado importantes reformas en términos de transparencia y lucha contra la corrupción, los efectos de estas medidas no siempre se traducen en mejoras inmediatas en la percepción pública o en los resultados económicos. El fortalecimiento de las instituciones es clave para mejorar la confianza de los inversores y para fomentar un entorno de negocios más competitivo.
Mano de obra y empleabilidad
La calidad de la mano de obra es otro de los pilares medidos por el índice de prosperidad, y Colombia tiene grandes áreas de mejora en este aspecto. A pesar de contar con una población joven y en crecimiento, el país no ha sido completamente exitoso en aprovechar este bono demográfico. Las tasas de desempleo, especialmente entre los jóvenes, siguen siendo altas. La informalidad laboral es uno de los retos más persistentes, afectando aproximadamente al 60 % de la población trabajadora.
Este alto nivel de informalidad no solo reduce los ingresos fiscales del país, sino que también limita las oportunidades de desarrollo para los trabajadores. Los empleados en el sector informal suelen tener acceso limitado a la capacitación y al desarrollo de habilidades, lo que perpetúa un ciclo de baja productividad y salarios bajos. La mejora de la calidad educativa y el fortalecimiento de los programas de formación técnica y profesional son esenciales para abordar estos problemas.
Perspectivas futuras
El camino hacia la mejora de la calidad económica de Colombia pasa por una serie de reformas estructurales. La diversificación económica es fundamental para reducir la dependencia del país en sectores volátiles como el petróleo y el carbón. Invertir en sectores emergentes como la tecnología, las energías renovables y la agroindustria puede ayudar a generar empleos de calidad y a fomentar un crecimiento más inclusivo.
Además, es crucial que el país siga invirtiendo en el fortalecimiento de sus instituciones y en la mejora del entorno de negocios. La lucha contra la corrupción y la mejora de la seguridad jurídica son pasos fundamentales para atraer inversiones extranjeras y para fomentar la confianza de los inversionistas locales.
Finalmente, la reducción de la informalidad laboral y la mejora en la calidad de la educación son pilares esenciales para garantizar un crecimiento sostenido en el futuro. Invertir en la formación técnica y profesional, así como en la modernización del sistema educativo, permitirá que la fuerza laboral colombiana sea más competitiva a nivel global.
Conclusión
A pesar de los desafíos, Colombia tiene el potencial de mejorar significativamente su calidad económica en los próximos años. Si bien su posición en el *Legatum Prosperity Index* refleja algunas debilidades estructurales, el país cuenta con los recursos y la capacidad para llevar a cabo las reformas necesarias que le permitan lograr un crecimiento económico sostenible e inclusivo. El fortalecimiento de las instituciones, la diversificación económica y la inversión en capital humano serán claves para mejorar la calidad de vida de los colombianos y asegurar un futuro más próspero para todos.